De pronto, del medio de la nada la atacante de USC sacó un disparo a puerta sin mucho peligro que se estrelló contra el travesaño, pegó en la cara de la portera y se metió al fondo de la red. La guardameta de Carolina del Sur terminó arrodillada en el césped sin entender que pasaba, un poco aturdida por el impacto y las locales celebrando el gol más extraño del fútbol femenino.
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